Publicado en Editorial, hace 6 años
República Dominicana necesita que la asistencia en salud esté garantizada para todos sus habitantes, con plena vigencia de la atención primaria sin exclusiones y con prestación obligada a cada ciudadano desde su nacimiento, independientemente de sus posibilidades económicas.
La gente no debe morir por falta de acceso a un hospital, pequeño, mediano o grande, pero manejado con racionalidad para que nada falte.
Las tecnologías para salvar vidas no deben estar al alcance único de los adinerados o depender de la ayuda excepcional para lo catastrófico.
Los intereses privados presentes en el campo de la salud deben subordinarse a los fines sociales del sistema sin que los objetivos de rentabilidad sean excusa para incurrir en el lucro excesivo que niega cobertura y encarece servicios de clínicas, laboratorios y especialidades médicas.