Publicado en Nacionales, hace 4 días
Santo Domingo.- El Diácono Luis Sandy Cabrera Martínez, de la Parroquia Espíritu Santo de Villa Mella, denunció este Viernes Santo, durante el tradicional Sermón de las Siete Palabras, que la inseguridad ciudadana ha llevado a la población dominicana a vivir con miedo constante, afectando profundamente la convivencia y la libertad.
“La violencia nos ha robado la paz. Vivir lo cotidiano se ha vuelto un acto de valentía. Ya no hay libertad, solo miedo. Caminar, usar el transporte o salir de noche es un riesgo real”, expresó Cabrera.
Durante su intervención, el diácono aseguró que muchas autoridades están ausentes o atrapadas en la corrupción, y que la justicia, en muchos casos, no llega. Advirtió que el país vive un proceso de deterioro social, donde los espacios públicos se han transformado en escenarios de terror.
En su reflexión, Cabrera afirmó que el dolor social por la violencia es comparable al sufrimiento de una madre al pie de la cruz, evocando la figura de María y el llamado bíblico: “Madre, ahí tienes a tu hijo; hijo, ahí tienes a tu madre”.
“Cada noticia de un robo violento, un secuestro o un asesinato nos golpea como un luto colectivo. No son simples cifras: son sueños truncados, futuros robados, familias condenadas al dolor”, dijo.
El religioso también citó la Encíclica Fratelli Tutti del Papa Francisco, señalando que “la inseguridad acrecienta el miedo y recluye en sí mismos”. En ese sentido, destacó que detrás de cada crimen hay madres que lloran, comunidades heridas y una red social que se desintegra.
Cabrera sostuvo que el país ha caído en una normalización de lo inaceptable, en la que los ciudadanos viven en un estado de alerta permanente, y se enseñan rutinas de supervivencia a los más jóvenes: evitar salir de noche, no resistirse ante un asalto, o evitar ciertos barrios.
“Hemos cambiado libertades por una falsa sensación de seguridad, mientras la delincuencia sigue campando a sus anchas”, enfatizó.
El sermón también incluyó un llamado a transformar el sufrimiento social en acción concreta y a promover una cultura de justicia y solidaridad. Cabrera exhortó a las autoridades a implementar políticas efectivas, educación de calidad, oportunidades laborales y un sistema judicial que funcione.
“La seguridad no se construye solo con más policías, sino con más libros en manos de nuestros niños”, afirmó.
El religioso también convocó a la ciudadanía a no permanecer indiferente y a participar activamente en la recuperación del tejido social, denunciando la corrupción, exigiendo transparencia y promoviendo la solidaridad comunitaria.
El diácono cerró su intervención con un mensaje de esperanza en medio del dolor, apelando al espíritu de resiliencia de la sociedad dominicana, e insistiendo en que la seguridad es un derecho fundamental que debe garantizarse para todos.
“Que no nos venza la desesperanza. Que, como María, sepamos permanecer de pie, con fe y con amor”, concluyó.