Publicado en Espectáculos, hace 11 meses
París, Francia. – La cantante Céline Dion impactó al mundo con su magistral interpretación en la apertura de los Juegos Olímpicos en París, Francia.
“Magistral”, “espectacular”, “memorable” han sido parte de las reacciones tras su regreso a los escenarios.
En una noche de lluvia parisina, la cantante canadiense interpretó desde lo alto de la torre Eiffel, el ‘Hymne à l’amour’ de Edith Piaf.
Dion, que padece una grave y rara enfermedad neurológica incurable llamada síndrome de persona rígida, fue el majestuoso broche final a las casi cuatro horas de ceremonia celebrada a lo largo del Sena, justo en el momento en el que la llama olímpica se elevaba en un globo aerostático sobre los Jardines de las Tullerías.
En sus redes sociales, la artista mostró su felicidad con una serie de fotografías de la actuación.
“¡Es un honor para mí haber actuado esta noche en la ceremonia de apertura de París 2024 y me llena de alegría estar de vuelta en una de mis ciudades favoritas! Pero sobre todo, estoy muy feliz de celebrar a estos increíbles atletas, con todas sus historias de sacrificio y determinación, dolor y perseverancia”.
Continuó: “Todos ustedes han estado muy concentrados en su sueño y, independientemente de si se llevan o no una medalla a casa, espero que estar aquí signifique que se ha hecho realidad para ustedes. Todos deberían estar muy orgullosos, sabemos lo duro que han trabajado para ser los mejores de los mejores”.
La estrella canadiense, que se le salieron las lágrimas al terminar su actuación, finalizó su mensaje invitándolos a seguir adelante.
La voz grandiosa de Dion, a pesar de su enfermedad, y la actuación de Lady Gaga en las escalinatas, ha sido lo más comentado en la parte musical de la apertura de los Juegos Olímpicos.
Con vestido plateado largo, Dion cantó apostada en el primer piso de la dama de hierro, justo debajo de los anillos olímpicos de París 2024.
En 1996, la estrella de la balada cantó en los Juegos Olímpicos celebrados en Atlanta. 28 años después vuelve a hacerlo y con una condición de salud. Los videos comparativos muestran que mantiene su voz casi intacta.
A consecuencia de ese síndrome neurológico, la ganadora de dos Oscar y varios Grammy debe someterse a un trabajo intenso para lograr controlar sus músculos -incluido para poder realizar las tareas del día a día, como caminar- y las complicaciones afectan igualmente a sus cuerdas vocales.
En ese documental lloró al declarar que no puede hacer lo que más ama, que es cantar, y que extraña los aplausos del público.
La cantante de ‘My Heart Will Go On’, la legendaria banda sonora de la película ‘Titanic’, ha explicado también que el SPR, que no tiene cura, le ha producido roturas en las costillas y que, con el paso del tiempo, sus pies y manos se volverán rígidos hasta el punto de no poder moverlos.
Su reaparición en los Juegos Olímpicos demostró su valentía y amor por la música.
En las redes sociales las reacciones positivas destacan que la parte musical quedó bien representada en los Juegos Olímpicos.