Publicado en Mundiales, hace 15 horas
En su mensaje, el papa estadounidense pide “impulsar el desarrollo de políticas para combatir antiguas y nuevas formas de pobreza, además de nuevas iniciativas de apoyo y ayuda a los más pobres entre los pobres». Porque, añade, “el trabajo, la educación, la vivienda y la salud son las condiciones para una seguridad que nunca se logrará con las armas».
“La pobreza tiene causas estructurales que deben ser afrontadas y eliminadas” y “los hospitales y las escuelas, por ejemplo, son instituciones creadas para expresar la acogida hacia los más débiles y marginados”, señala. Y lamenta que “hoy deberían formar parte ya de las políticas públicas de todo país, pero las guerras y desigualdades con frecuencia lo impiden».
“Los signos de esperanza -explica- son hoy las casas-familia, las comunidades para menores, los centros de escucha y acogida, los comedores para los pobres, los albergues, las escuelas populares”, que son “muy importantes para sacudirnos de la indiferencia y motivar el compromiso en las distintas formas de voluntariado».
En el mensaje, el papa estadounidense recuerda las tres virtudes teologales de la Iglesia católica- fe, esperanza y caridad y explica que “quien carece de caridad no solo carece de fe y esperanza, sino que quita esperanza a su prójimo». Por tanto, asevera, “la caridad, en efecto, representa el mayor mandamiento social” de la Iglesia.
“Los pobres no son una distracción para la Iglesia, sino los hermanos y hermanas más amados, porque cada uno de ellos, con su existencia, e incluso con sus palabras y la sabiduría que poseen, nos provoca a tocar con las manos la verdad del Evangelio”, agrega.
El papa explica además que “todos los días nos encontramos con personas pobres o empobrecidas y, a veces, puede suceder que seamos nosotros mismos los que tengamos menos, los que perdamos lo que antes nos parecía seguro- una vivienda, comida adecuada para el día, acceso a la atención médica, un buen nivel de educación e información, libertad religiosa y de expresión«