Pero más allá del tono familiar, la política no tardó en colarse en el juego. Una de las últimas preguntas fue tan directa como provocadora: “¿Quién será el próximo presidente de la República?”.
Ambos levantaron su respectivo zapato, insinuando que los dos podrían serlo. Con esa respuesta, abierta a múltiples interpretaciones, concluyó el encuentro.
“Hoy, grabo este mensaje junto a mi padre, con profundo respeto y admiración. Porque antes que cualquier título, está el vínculo más valioso: el de ser hijo y el de ser padre. A todos los padres dominicanos que cada día inspiran con su ejemplo, su trabajo y su amor incondicional, felicidades en su día”, expresó el senador en el video.
Un duelo divertido
El resto del juego dejó ver matices de su relación. Coincidieron, por ejemplo, en que Leonel baila mejor. Omar lo reconoció con una risa sarcástica: “Ah, po´ él está claro… Qué modesto”.
También concordaron en que el joven senador es más expresivo sentimentalmente. Ante esa respuesta, Omar celebró que su padre haya reconocido esa faceta suya. En cuanto a la puntualidad, nuevamente los dos levantaron el calzado de Omar, atribuyéndole esa virtud.
Pero no todo fue coincidencia. Cuando se trató de identificar quién es más sentimental, cada uno se eligió a sí mismo.
Sin embargo, no hubo dudas al señalar que Omar es más romántico y travieso que su progenitor. “Él fue un niño que ya a los 10 años tenía un trajecito puesto. Tú sabes. Siempre fue un niño formal”, comentó Leonel, entre sonrisas.
La conversación siguió con más revelaciones: Omar se enoja más rápido, Leonel es quien más tarda en ir a la peluquería (y quien, según su hijo, ya debería hacerlo), y también quien más se demora en responder los mensajes de WhatsApp, prefiriendo las llamadas telefónicas.
Sobre el espíritu competitivo, se lanzaron la pelota uno al otro, mientras que, respecto a los ejercicios, cada uno aseguró ser el más activo, aunque con un tono claramente en broma.
Finalmente, al hablar de quién se roba el show en los eventos, ambos cedieron el protagonismo al otro. “No, no, no. Cuando tú entras se siente el ‘ki’ “, dijo Omar, reconociendo la presencia escénica de su padre.