Publicado en Nacionales, hace 5 meses
Santo Domingo. – La temporada de huracanes empieza este sábado y los expertos en Estados Unidos y autoridades pidieron a la población estar preparada ante los cada vez más poderosos y frecuentes ciclones, así como a sus peligros relacionados como las inundaciones, marejadas ciclónicas o las corrientes de resaca.
Para esta temporada en el Atlántico la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés) de EE.UU., ha pronosticado entre 17 y 25 tormentas con nombre y de 8 a 13 huracanes, de ellos entre 4 y 7 de categoría mayor.
No obstante, el director del Centro Nacional de Huracanes de EE.UU., Michael Brennan, dijo que no hace falta un huracán mayor para generar devastadores impactos y puso como ejemplo las inundaciones provocadas por las lluvias que cargan los ciclones, que en los últimos diez años han sido “el peligro más mortal”.
“Han sido las responsables de más de la mitad de las muertes” y casi no tiene relación con la fuerza de un ciclón, recalcó Brennan. “No importa la categoría, o si es una tormenta o depresión tropical. Lo que importa es cuanto llueve y que tan fuerte son las lluvias en una determinada ubicación”, ahondó.
El director manifestó que otros peligros relacionados al agua, como la marejada ciclónica o las corrientes de resaca, son responsables de entre el 85 y 90 % de las muertes que deja cada tormenta o huracán que impacta en EE.UU.
Los ciclones no solo son más poderosos y se intensifican más rápido, sino que además, como lo revela recientes estudios, está “rápida intensificación se produce cada vez en mayor frecuencia cuanto más se acercan a tierra”, dijo hoy la científica jefe de la organización The Nature Conservancy, Katharine Hayhoe.
Durante una teleconferencia, la experta recalcó que en la actualidad, los ciclones cargan “mucho más vapor de agua” que hace 50 o 100 años, y además su proceso de debilitamiento, incluso cuando ya están en tierra y lejos de su fuente de poder (las aguas calientes del océano), es más lento y por ende impactan más.
Hayhoe dijo que para medir el grado de desastre que pueda generar un huracán o tormenta hay que tener en cuenta el peligro latente así como el nivel de exposición, es decir el número de estructuras y personas que puedan quedar a merced de los ciclones.
La subdirectora del programa caribeño de la organización, Shenique Albury-Smith, recordó este viernes que el huracán Dorian de 2019, que alcanzó la categoría 5 en la escala Saffir-Simpson (la máxima), ha sido el más poderoso que ha impactado en Bahamas, donde murieron 70 personas y generó pérdidas de más de 3,400 millones de dólares.
“Las personas perdieron casas, automóviles, barcos, negocios; activos que les tomó toda una vida construir y que se perdieron básicamente en un día, en unas horas”, señaló Albury-Smith, quien además puso de relieve los impactos psicológicos que ese huracán desató en las poblaciones afectadas.
“Los huracanes proporcionan una huella muy fuerte de cómo la actividad humana, específicamente las emisiones de gases de efecto invernadero, están sobrecargando nuestros climas extremos, haciéndolos mucho más peligrosos en un mundo que se calienta”, aseveró Hayhoe.
La científica fue cuestionada sobre la reciente ley firmada por el gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, que elimina la mayoría de las referencias a la crisis climática de la legislación estatal e incluso deja de ser una de las prioridades de la agenda de Gobierno.
“Yo puedo decir que no creo en la gravedad, pero lo cierto es que si salto del precipicio me caeré”, señaló la experta.
Agregó que no reaccionar a la información que provee la ciencia es una opción. “Pero es una opción que aumenta nuestra vulnerabilidad en vez de reducirla”, recalcó.