Las visitas del Fondo Monetario Internacional (FMI) a la República Dominicana han estado históricamente acompañadas de una serie de implicaciones negativas para nuestro país.
Son muchos los dominicanos que vivimos y recordamos la Semana Santa del 1984, no por su esencia religiosa sino por las consecuencias del acuerdo firmado por el gobierno del doctor Salvador Jorge blanco y el Fondo Monetario Internacional en esa ocasión.
Luego del asueto de la semana mayor y cuando el pueblo se preparaba para reanudar sus cotidianas labores, se entera por los diferentes medios de comunicación de la época, la magnitud del acuerdo firmado por el gobierno de turno.
Durante los años del cuatrienio de Jorge Blanco, la situación económica del país era complicada: deuda externa elevada, inflación creciente y un déficit fiscal considerable. En esas circunstancias, el gobierno firmó un acuerdo con el FMI que incluía un programa de ajuste estructural, muy típico del accionar del fondo, como se le dice popularmente.
Qué incluía?
Reducción del gasto público
Aumento en los precios de los combustibles y servicios básicos
Devaluación del peso dominicano
Liberación de algunos precios regulados
Reformas fiscales y reducción de subsidios
Estallido Social
Esto generó un descontento popular inmediato. La población más pobre, ya golpeada por la inflación, reaccionó con una explosión social espontánea y masiva, conocida como «La Poblada de Abril».
Se trató de protestas violentas y enfrentamientos en varias ciudades del país, especialmente en Santo Domingo, Santiago, San Cristóbal y otras zonas urbanas. El gobierno respondió con una fuerte represión militar y policial, hubo decenas de muertos y cientos de heridos y detenidos, aunque el número exacto de víctimas aún es debatido.
En resumen: la poblada de Abril fue resultado directo del ajuste económico por el gobierno de Jorge Blanco bajo las recomendaciones del FMI. Fue un momento clave que marcó una ruptura social fuerte, evidenciando el alto costo político de los programas de austeridad estructural que se implementan en muchos países latinoamericanos cuando nos visita esa agencia.
Significado histórico:
Esta protesta ha sido una de las mayores expresiones de descontento de la población en la historia del país. Las calles de República Dominicana ardieron. La ira popular estalló en una de las manifestaciones más violentas y masivas que se recuerde. La causa fue clara: los fuertes aumentos en los precios de alimentos, combustibles y transporte, impulsados por un paquete de medidas económicas adoptadas por el gobierno de Salvador Jorge Blanco, bajo las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La factura la pagan los sectores más vulnerables, y la reacción fue inmediata: manifestaciones y enfrentamientos con las fuerzas del orden se multiplicaron en barrios y ciudades de todo el país.
La respuesta oficial fue contundente y represiva. Militares y policías salieron a las calles. El saldo fue trágico: decenas de muertos, cientos de heridos y detenidos. Las cifras exactas aún generan controversia, pero el mensaje fue claro: el pueblo había dicho basta.
La llamada Poblada de Abril fue mucho más que una protesta espontánea. Fue el grito de una población que no soportaba el peso de una crisis descargada sobre sus espaldas. Un episodio que dejó huellas profundas y que sigue siendo recordado como un símbolo de resistencia popular frente a los ajustes económicos dictados desde fuera.
Expectativas
La situación actual, con el alto costo de la vida, el fantasma del aumento de una energía eléctrica que no recibimos, la depreciación galopante del peso dominicano nos presenta un cuadro muy similar al que teníamos aquel fatídico abril de 1984.
El Fondo Monetario Internacional es insensible a esas situaciones. su único propósito es adecuar económicamente a nuestros países para que puedan cumplir con los compromisos financieros contraídos con sus agencias internacionales tenedoras de los bonos soberanos, como son Banco Mundial (BM), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Banco Europeo de Inversiones (BEI), a esas entidades financieras solo les preocupa su dinero.
Con la llegada del FMI este marzo de 2025, la agenda de discusión se centrará en temas fiscales y eléctricos, en un escenario marcado por la apreciación del dólar y el alto costo de la canasta básica entre otros problemas financieros.
Reformas fiscales
Esto plantea una serie de expectativas y preocupaciones, pues la situación económica actual son las que instituciones financieras regularmente auscultan en los países visitados, Al cual se le podría llamar, en buen dominicano “el Chochueca financiero”, refiriéndose irónicamente a las tragedias que supuestamente venían ligadas a las visitas de ese famoso personaje del folclor criollo.
Se espera que el FMI proponga una serie de reformas fiscales encaminadas a la recaudación y disminuir el déficit público. Esto podría incluir:
Evaluar y posiblemente eliminar algunas exenciones fiscales existentes.
Aumento de impuestos: Propuestas para incrementar algunos impuestos, especialmente los indirectos como el
ITBIS
Sector Eléctrico
El sector eléctrico en la República Dominicana ha sido históricamente traumático, con problemas de eficiencia y distribución. Las recomendaciones del FMI podrían incluir:
Reestructuración del sector: Implementar medidas para mejorar la eficiencia y reducir las pérdidas técnicas en la red eléctrica.
Incremento tarifario:
Conclusiones
La visita del FMI a la República Dominicana esta primavera seguramente traerá consigo una serie de sugerencias y medidas que, aunque con el paliativo de estabilizar la economía, pueden tener consecuencias sociales y económicas significativas. Es esencial que las autoridades dominicanas, las cuales en el último quinquenio se han caracterizado por darle reversa a muchos decretos y regulaciones, sopesen cuidadosamente estas recomendaciones y busquen un equilibrio entre la estabilidad económica y el bienestar social de la población, pues regularmente, los mandatos del FMI son de una sola vía.