Publicado en Nacionales, hace 3 horas
“Necesitamos una escuela. Los muchachos de aquí tienen que ir lejos para poder coger una clase, a otros sectores. Tienen que llevarlos los motoristas que les cobran para llevarlos, entonces si no hay (dinero), tienen que irse a pie. Cuando hay que caminar tres o cuatro kilómetros un niño, y si está lloviendo, ya no puede ir”, comentó Santo Martínez.
Martínez explicó que sus nietos, en más de una ocasión, han perdido clases porque su hijo no puede llevarlos en motor cuando llueve. “Es un peligro en esa calle resbalosa, con dos o tres niños en ese motor”, dijo .
“Deberían hacer una por aquí, porque hay demasiados niños. Como hay una iglesia, debería haber una escuela”, agregó.
En la zona solo existen las escuelas Portalatín y Molaco, las cuales reciben estudiantes no solo de La Zurza, sino también de sectores cercanos, lo que dificulta aún más conseguir cupo.
Reina Ramírez, madre de dos, se ha visto forzada a apuntar a sus niños en una escuela de Villa Juana. La distancia le genera un gasto fijo semanal que afecta su bolsillo.
“Le pago el motorista todos los viernes. Es amigo mío y me considera, le doy RD$600, le doy RD$500 como mínimo, porque son RD$200 que me quitan todos los días un motor, y ella regresa en el metro, o sea, que le pongo a la tarjeta (del metro)”, explicó.
“Muy forzada”, así describe Reina su día a día.
A esta situación se suma una queja frecuente en el barrio: la dificultad para inscribir a los niños sin tener contactos.
“Si tú no tienes una cuña, una persona que te ayude, tú no lo inscribes”, denunció.
“Están difícil las escuelas. Para yo apuntar a esa niña ahí, tuve que valerme de una amiga mía profesora que me ayudó, porque yo fui y me dijeron que no había inscripciones. Entonces, desde que ella fue, apareció de una vez”, añadió.
Sandy De la Rosa, presidente de la junta de vecinos, adjudica parte del problema al desbordamiento de la matrícula.
“Cuando tú vas a inscribir el niño tuyo, es como dice Raymond Pozo: ‘ya yo para inscribir el niño mío en la escuela tuve que declararlo haitiano’. No es discriminando, pero eso pasa constantemente. Necesitamos otra escuela”, expresó.
Durante el recorrido del periódico Hoy, varias madres que enfrentan esta situación prefirieron no salir en cámara ni ser citadas con nombre, por temor a que sus hijos sean retirados de las escuelas donde ya han sido aceptados, mientras esperan espacio para otros.