Política sin dignidad, un camino hacia el abismo

¿Qué es la política?, me cuestionaba recientemente uno de mis lectores y; aunque no me considero político-partidista, le respondí lo siguiente: “La política es un proceso dinámico y complejo que implica tomar de decisiones en el ejercicio del poder, con el objetivo de promover el bienestar colectivo y distribuir los recursos públicos de manera justa y equitativa”, sin embargo, luego reflexiono de que en teoría, la política debería ser un mecanismo para resolver conflictos y establecer normas y regulaciones que beneficien a la mayoría de los ciudadanos.

En la práctica, y contrario a lo que podría definirse de acuerdo con la ciencia y al fenómeno de la política, el concepto de “político» a menudo se asocia con individuos que priorizan sus propios intereses y ambiciones sobre el bien común, ya que este (el político común), hoy día, utiliza el poder y la influencia para beneficio personal, manipular la información y engañar al ciudadano para mantener posiciones y privilegios, o sea, en lugar de servir al pueblo, sirve a sus propios intereses, creando una brecha entre la teoría política y la realidad.

Con políticos sin visión y autonomía para analizar el comportamiento de la sociedad, no es imposible visualizar un desarrollo sostenible para los pueblos, visto que, la aquiescencia política está impregnada de corrupción y, de manera unánime, aquellos que sustentan sus valores bajo el manto del poder se valen de influencias para abusar de las instituciones y oprimir a los más vulnerables.

El poder de la codicia ha corrompido la mente de la mayoría de los políticos dominicanos, quienes al frente de las instituciones, actúan con ligereza y priorizan sus intereses personales sobre las necesidades de la sociedad hasta poner en entredicho su moral y dignidad producto de las ambiciones.

Aunque no me identifico con la política, estudió sus conceptualizaciones para hacer mis valoraciones. La considero un campo complejo y multifacético, donde los individuos deben navegar por una serie de desafíos y oportunidades. La mayoría de los políticos no tienen un concepto claro y visionario sobre sus valores, además de que no llevan a la práctica el concepto clave de que “la política es una cuestión de valores, moral y principios, no solo de poder”.

Los primeros cuatro años del gobierno encabezado por el presidente Luis Abinader parecían estar sustentados en la promesa de igualdad y la democracia bajo el lema de la honestidad, más aún, la ambición ha terminado siendo el motor que impulsa decisiones negativas, debido a la inestabilidad en las instituciones, el desbalance económico más alto de la historia y el cuestionamiento a sus funcionarios, los cuales han llevado la nación a una situación crítica. El poder del PRM, que debió imponer un gobierno para el “cambio y el progreso”, sigue por el mismo derrotero de sus antecesores, con la firme amenaza de destruir el país a corto, mediano y largo plazo.

Pérdida de la dignidad

«La dignidad es el reflejo de la integridad y la honestidad». En este sentido, cuando los políticos priorizan su ambición sobre la indignidad comprometen sus valores y principios hasta llevarlo a perder la confianza, debido al abuso de poder y la falta de control en el ejercicio de sus funciones al frente de la cosa pública.

En la actualidad, la sociedad dominicana se enfrenta a un desafío significativo: la prevalencia de antivalores y la imposición política que socava ideales valiosos y racionales, por eso, la clase política prioriza sus intereses personales sobre el bienestar colectivo, fomentando en la juventud que abandonen los estudios y adopten una mentalidad que valora la riqueza material sobre la honestidad y la integridad, sin considerar que la educación es fundamental para formar valores y principios sólidos que puedan contrarrestar la falta de dignidad y moral en la política tradicional.

Falsedad gubernamental

La verdad y la transparencia están estrechamente relacionadas. En el contexto de su gestión, el presidente Abinader, en vez de generar confianza, se ha ganado el rechazo de la misma sociedad que lo llevó al cargo, debido a su incoherente discurso, ya que de su boca brota las más burdas mentiras, mediatizadas y puesta en contexto de manera confusa, provocando que al ciudadano se le haga imposible evaluarlo positivamente.

“El falso cubre con su manta imberbe la indignidad y el desenfreno”. En cuanto a la situación actual, existe la percepción de que no hay transparencia y claridad en la presente gestión, tanto es así, que algunos críticos argumentan: “las decisiones tomadas por el gobierno no benefician a la mayoría de los ciudadanos, porque utilizan recursos públicos para promover sus intereses personales, en lugar de abordar los problemas del país, tomando como principio la transparencia y la rendición de cuentas en la gestión pública mediante decisiones que beneficien al conjunto de la sociedad”.

Amenaza a la Libertad

El gobierno ha emprendido una campaña en contra de la libertad de expresión y difusión del pensamiento lo que está generando preocupación entre periodistas, comunicadores y la sociedad, aún sin promulgarse la reciente “Ley Mordaza”, sometida recientemente ante el Congreso Nacional; y que está dirigida a censurar y reprimir a periodistas y comunicadores, vulnerando su derecho a informar y expresarse libremente. Esta medida, criticada por profesionales conocedores de las leyes, está dirigida a limitar la capacidad de los medios de comunicación, a fin de que desarrollen su labor independiente y sin represalias.

El gobierno está obligado a garantizar el derecho a la libertad de expresión y proteger a los periodistas y comunicadores que realizan su trabajo de manera responsable y ética. En este momento, es fundamental que la sociedad dominicana se mantenga atenta ante el conocimiento de esta “Ley Mordaza”, la cual amenaza las libertades públicas y el único derecho que tiene el ciudadano de expresarse libremente.

“La corrupción, el narcotráfico y los intereses pecuniarios nunca podrán estar por encima de la libertad y la verdad”.