Publicado en Todo Incluido, hace 10 años
Esta es una idea que realmente debe ser considerada por los ciudadanos. Una Ley de reforma del congreso para el año 2015 que constituirá una enmienda de la Constitución de la República Dominicana.
1. El honorable diputado o senador será asalariado solamente durante el período que haya sido elegido, y no tendrá jubilación de por vida.
En la actualidad, luego de ejercer por un solo período, tiene derecho a percibir, a diferencia de los demás ciudadanos, jubilación por el resto de su vida.
2. El congresista, contribuirá a la seguridad social.
Todo personero actualmente en el fondo de jubilación del congreso deberá pasar al régimen vigente de la seguridad social, es decir de A. F. P. en forma inmediata. De esta manera, todo honorable, deberá participar de los beneficios dentro del régimen de la seguridad social civil vigente, exactamente igual que todos los ciudadanos de este país. El fondo de jubilación no podrá ser usado para ninguna otra finalidad.
3. El honorable debe pagar su plan de jubilación, como todos los dominicanos, en vez que todos los pend…perdón, dominicanos, paguemos su plan de jubilación.
4. Al honorable no le asistirá el derecho de votar su propio aumento de ingresos parlamentarios.
5. El honorable, dejará su seguro actual de salud y deberá participar del mismo sistema de salud que los demás ciudadanos dominicanos.
6. El honorable debe cumplir con las mismas leyes y obligaciones que los demás ciudadanos dominicanos.
7. El diputado o senador deberá cumplir sus mandatos por no más de 2 legislaturas.
8. Se suprimirá el barrilito, el cofrecito, las canastas navideñas, las habichuelas con dulce, las madres, el padre, etc. y demás privilegios que ellos mismos se otorgaron.
¡SERVIR EN EL CONGRESO ES UN HONOR, NO UNA CARRERA PROFESIONAL!
Si cada persona pasa este mensaje a un mínimo de veinte otras, en tres días la mayoría de los dominicanos recibirán este mensaje. La hora para esta enmienda a la Constitución es ¡AHORA!
El político es un empleado del pueblo, pagado por el pueblo. No es un Dios. Se debe a todos los ciudadanos.
La culpa es nuestra por dejarlos hacer lo que les viene en ganas. Los privilegios, deben corresponder a ciudadanos que se distingan por algún mérito y no a los que nos representan en el congreso.
Si los pusiésemos en su sitio, qué pocos políticos tendríamos, pues de vocación, hay pocos.
DE ESTA MANERA PODEMOS ARREGLAR NOSOTROS EL CONGRESO Y EVITAR QUE LOS CONGRESISTAS SE SIGAN ARREGLANDO CON NOSOTROS.