Publicado en Todo Incluido, hace 14 horas
Alejandro Santos
Continuando con el proceso de relevo y transición en el PLD, Leonel Fernández fue colocado en el carril de adentro para la sucesión: primero, por haber sido candidato a la vicepresidencia acompañando a Juan Bosch; y segundo, por haber logrado posteriormente la candidatura presidencial para las elecciones de 1996.
El panorama electoral de ese año pronosticaba una victoria holgada de Peña Gómez y un notable desgaste del Partido Reformista, que llevaba a Jacinto Peynado como candidato presidencial. A Leonel Fernández, candidato del PLD, se le atribuían muy pocas o ninguna posibilidad de ganar dichas elecciones.
Las elecciones presidenciales de 1996 fueron las primeras en celebrarse bajo la regla del “50 más uno” para obtener la victoria, una disposición introducida por el PLD en el “Pacto por la Democracia”, como salida a la crisis poselectoral de 1994.
En la primera vuelta de las elecciones de 1996, Peña Gómez obtuvo un 45.94%, Leonel Fernández un 38.93%, y Jacinto Peynado, por el Partido Reformista, un 15.00%. En este proceso electoral se destacó el bajo porcentaje del partido de Balaguer, lo que fortaleció la convicción de que el caudillismo del propio Balaguer lo llevó a no apoyar decididamente al candidato de su partido, Jacinto Peynado.
Al no lograr Peña Gómez el 50 más uno, fue necesario convocar una segunda vuelta electoral. Los resultados de esa segunda ronda sorprendieron al país y marcaron el inicio de una etapa inesperada en la política dominicana.
Las posturas radicales contra el círculo cercano al presidente Balaguer, así como el origen racial de Peña Gómez, fueron factores clave que motivaron a Balaguer a brindar su apoyo pleno al candidato del PLD, Leonel Fernández.
Con el llamado “Frente Patriótico” se consolidaron las fuerzas conservadoras, impulsadas por la necesidad de garantizar su supervivencia sin riesgos de persecución judicial. Este pacto condujo a Leonel Fernández a la victoria en la segunda vuelta y, por tanto, a convertirse en presidente de la República para el período 1996-2000.
Además de la presidencia del país, Leonel Fernández obtuvo la oportunidad de convertirse en el líder sucesor de Juan Bosch. Sin embargo, durante ese primer período presidencial, no logró consolidarse como el líder indiscutible del PLD. Para entonces, el partido seguía siendo dirigido por un grupo de dirigentes designados tras el retiro definitivo de Juan Bosch, debido a su avanzada edad y problemas de salud. Bosch fue nombrado presidente ad vitam del partido.
La presidencia de la República no implicó automáticamente el liderazgo del PLD para Leonel Fernández. Fue necesario que ocurrieran una serie de acontecimientos posteriores para que esa consolidación se diera más adelante.