Publicado en Nacionales, hace 5 horas
Santo Domingo.- Camiones cargados de escombros y caliche llegan a diario al Parque Nacional Humedales del Ozama para rellenar y secar sus lagunas y caños. Una vez convertidas en tierra firme, estas áreas protegidas se venden como solares a precios que oscilan entre 250,000 y 350,000 pesos, donde luego se levantan viviendas, en abierta violación a la Ley de Medio Ambiente y sin que las autoridades intervengan para frenar esta práctica ilegal.
Uno de los expertos ambientales consultados fue Luis Carvajal, miembro de la Comisión Ambiental de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, quien alertó que los humedales están siendo eliminados “de múltiples formas: se drenan para evitar que el agua se acumule, se rellenan con caliche y residuos de construcción, y existen compañías que compran estos desechos para comercializar los terrenos ganados. No siempre es por necesidad de vivienda; muchas veces responde a una lógica de mercado: rellenar, parcelar y vender, aunque se trate de un parque nacional protegido por ley”.
El equipo del programa Toda la Verdad, recorrió recientemente el Parque Nacional Humedales del Ozama, constatando la magnitud de los daños al grabar camiones depositando escombros, quema de áreas húmedas y la reducción visible de las zonas verdes. Imágenes aéreas documentan cómo los caseríos avanzan cada vez más hacia el humedal, sin que ninguna autoridad intervenga.
Carvajal cuestionó la pasividad institucional: “Si los ciudadanos lo ven y las cámaras lo ven, la Policía Ambiental, la Procuraduría y el Ministerio de Medio Ambiente también deberían verlo. Espero que este trabajo motive al ministro y al procurador Francisco Contreras a actuar de inmediato”.
Por su parte, Franklin Tamayo, presidente de la Fundación Fundamor denunció que el vertido de escombros se ha convertido en la práctica más destructiva, impulsada por el auge inmobiliario en Santo Domingo Este. “Con solo cinco o seis camiones de escombros se crea un solar que puede venderse por entre 250,000 y 350,000 pesos. La gente los compra, construye y, en una crecida del río, viviremos una tragedia”, advirtió.
Tamayo alertó además que la quema de humedales se suma a esta problemática: “En una inspección aérea vimos incendios provocados en áreas con lagunas. Alguien está usando químicos o combustibles para incinerar zonas que deberían ser intocables. Esto es tierra arrasada para abrir paso a la venta ilegal de solares”.
El comunitario también criticó la falta de sanciones: “La Ley 64-00 de Medio Ambiente prevé penas de tres a diez años por estos delitos, pero no conocemos un solo caso en el que se haya castigado a los responsables”.
Mientras tanto, los humedales, vitales para estabilizar el clima y proteger al Gran Santo Domingo, se desvanecen ante la mirada pasiva de las autoridades.