Publicado en Económicas, hace 1 mes
Santo Domingo.- Hace muchos años que República Dominicana no compra petróleo a Venezuela, de hecho, cuando República Dominicana desconoció el gobierno del mandatario venezolano Nicolás Maduro (y reconoció el de Juan Guaidó), hace más de cuatro años, el comercio entre ambos países estaba prácticamente en cero.
República Dominicana actualmente se abastece de distintos mercados (no de Venezuela), incluido el de Texas, desde donde adquiere especialmente productos blancos.
La deuda que la República Dominicana tiene con Venezuela, específicamente bajo el Acuerdo Petrocaribe-PDVSA, se ha mantenido constante en 54.3 millones de dólares entre los años 2020 y julio de 2024 (datos obtenidos de la Dirección General de Crédito Público). Esto representa un porcentaje muy pequeño de la deuda bilateral y del total de la deuda externa dominicana. La falta de interlocutores en Venezuela ha significado un serio problema, y posiblemente a eso se debe que esa deuda esté vigente todo ese tiempo.
Luego, desde el 5 de enero de 2021, República Dominicana no reconoce a Juan Guaidó como jefe de Estado interino de Venezuela, cuando terminó su mandato de presidente de la Asamblea Nacional.
Para el año 2015 –más o menos- Venezuela se posicionaba como el principal proveedor de petróleo crudo de República Dominicana, con un 59% -unos US$512 millones para entonces- de lo importado, mientras que México estaba en segundo lugar con el 41% (US$349 millones) restante (Yulissa Álvarez, Periódico elDinero, 14 de febrero de 2019).
En el año 2014 Venezuela estaba posicionado como segundo mayor proveedor del país en las importaciones de refinado de petróleo con el 17%, o el equivalente en ese momento a US$344 millones, solo por debajo de Estados Unidos con un 62% (US$1,270 millones). Para el 2017 esa posición varió significativamente al solo importar US$4 millones, representando el 0.24% de lo importado en ese período.
Datos de The Observatory of Economic Complexity en 2017, establecían que Estados Unidos, con un 69% (US$1,160 millones) y Trinidad y Tobago un 9.8% (US$164 millones), fueron los principales suplidores de refinados de petróleo del país. Desde México solo se importó un 0.31% (5.25 millones de dólares), 0.07 puntos porcentuales por encima de Venezuela.
Cuando República Dominicana estuvo representada –vía el Presidente de ese momento- en la Sexta Cumbre de Petrocaribe, en 2013, asistió a la vez al comienzo del final de lo que pudo haber sido para el país el más beneficioso acuerdo de cooperación económica, Petrocaribe.
Por su estructura de financiamiento, el acuerdo de cooperación energética diseñado por el gobierno que encabezó Hugo Chávez (fallecido), ya era objeto de propuestas para su modificación, sin que necesariamente se hablara en ese momento de su eliminación totalmente.
Pero por la situación económica de Venezuela y por la presión que enfrentaba el nuevo gobierno de Nicolás Maduro, que carecía y carece del fuerte liderazgo de su antecesor Chávez, Petrocaribe no tenía condiciones para mantenerse en su estructura “cien por ciento” concesionaria para los países beneficiarios, entre ellos la República Dominicana.
Petrocaribe representaba para República Dominicana una oportunidad para que el país pudiera consolidar y aumentar áreas de producción, especialmente en el sector agropecuario, porque el convenio posibilitaba que parte de la deuda contraída con Venezuela por el petróleo que desde allí se importa bajo el mecanismo de Petrocaribe pudiera ser pagada en especie.
Una serie de productos agropecuarios, como habichuelas negras (caraotas) y azúcar líquida, y servicios como turismo y zonas francas, estaban incluidos en el acuerdo como factibles de ser recibidos por Venezuela como medio de pago a la deuda petrolera.
Se hicieron algunos programas de ensayos por el Ministerio de Agricultura dominicano. La primera embestida consistió en un programa de siembra de unas 100 mil tareas de habichuelas, cuya producción era para exportación a Venezuela para cumplir compromisos de Petrocaribe, que era el 15.8% de la deuda pública dominicana.
Precisamente, debido a que Nicolás Maduro carece de mucho de lo que tenía Hugo Chávez, incluido el carisma, emergieron ciertas dudas acerca de la continuación del programa Petrocaribe, por lo menos en la forma como lo concibió el presidente Chávez.
El sucesor del fallecido mandatario venezolano, su discípulo Nicolás Maduro, desde que tomó la herencia dejada por Chávez, convocó a una nueva Cumbre de Petrocaribe a 16 presidentes y jefes de gobierno de países de la región, en su mayoría vinculados al acuerdo o que importan petróleo venezolano.
Durante la enfermedad de Chávez, autoridades venezolanas, incluyendo al entonces vicepresidente Maduro y el embajador de ese país en la República Dominicana aseguraron que Petrocaribe no corría peligro, porque se trataba de un acuerdo de Estado. No obstante, asomaron en el país dudas acerca de la permanencia, sin cambios, de esa estructura, por la cual el país importaba el equivalente a 55,000 barriles diarios de petróleo y derivados, con un financiamiento de hasta un 50% del valor, a una tasa de 1% anual y un plazo de 25 años.
El ministro de Interior, Justicia y Paz de Venezuela, Diosdado Cabello, lanzó ayer una advertencia directa al Gobierno de la República Dominicana luego de que haya retenido dos aviones que supuestamente están vinculados al régimen gobernante del país sudamericano.
En referencia a una alegada dependencia energética de la República Dominicana (cosa que no es así), dijo: «Uno siempre dice, yo te agarro en la bajaita. Jai, Jai… Al Gobierno de dominicana; Jai, Jai, yo te agarro en la bajaita. Siempre pasa, siempre pasa. Lo que tenemos petróleo somos nosotros».
Cabello hizo estas declaraciones en el programa «Con el Mazo Dando» que él conduce en un canal de televisión venezolano. Las mismas son en respuesta a la confiscación, en suelo dominicano, de un avión que ha sido utilizado por el presidente Nicolás Maduro, por orden de las autoridades de Estados Unidos, y a la retención de otro aparato.