Publicado en Todo Incluido, hace 1 día
Tony Balbuena
El rol del periodista en la sociedad, para muchos ha sido muy beneficioso, mientras que para otros ha sido traumático.
Para ejercer un periodismo como demanda el mundo hoy día, hay que conocer y manejar equipos de tecnología que nos garantizan una mayor eficiencia en el desempeño de la comunicación social oral y escrita.
Hace décadas que dejamos atrás el periodismo análogo, donde solíamos usar lápiz y papel para apuntes de notas a redactar. Luego las máquinas de escribir para textos a dos espacios, grabadoras de cintas magnetofónicas de baterías desechables, utilizadas para entrevistar a figuras de diferentes áreas, las cámaras mecánicas para tomar fotos a blanco y negro, y el fax, que en su momento sirvió para agilizar el envío de datos a los periódicos impresos.
Pero esos tiempos ya pasaron. Estamos en la era cibernética, donde debemos innovar o corremos la suerte de ser desplazados de nuestro trabajo de informar.
El periodismo antiguo dejó de existir. Los lectores, televidentes y oyentes, hoy demandan de mensajes de voz cortos, traducciones directas, fáciles de asimilar, donde el mensaje emitido por el emisor, oral o escrito, llegue con rapidez, y que a su vez sea comprensible ante los receptores.
La vertiginosidad con que marcha el mundo ha provocado estos cambios, donde la destreza y los conocimientos juegan un papel preponderante al momento de sentarse a redactar en una computadora, tener en las manos una tableta, teléfono inteligente, una cámara digital, ya que todos estos equipos tienen conectividad de internet instantánea, prestos a transmitir los hechos en tiempo real, desde cualquier lugar de la tierra, por lo que se requiere de ética, objetividad, conocimientos y profesionalismo al momento de informar.
No es cuestión de salir a las calles a grabar con un celular, una cámara de video digital, y colgar ese contenido en las redes sociales con una redacción errática, o una grabación de un mensaje de voz sin criterio y desafortunado.
El periodismo es un sacerdocio, y no todos están facultados para ejercerlo, hay que tener ética, profesionalismo, objetividad, amor y vocación para ejercer con pasión esta profesión, y la mayoría de los que hoy invaden las redes sociales, no son periodistas y carecen de esas cualidades.