Publicado en Nacionales, hace 4 horas
Santo Domingo.- Sacerdotes dominicanos y extranjeros han sido perseguidos, golpeados y apresados -en diferentes gobierno– por salir a las calles acompañar a comunidades pobres durante sus reclamos ante instituciones públicas y empresas por el respeto de la tenencia de la tierra, construcción de viviendas, demandas de servicios básicos y protestas en contra de obras que los afectan.
En la actualidad, se repiten acciones de maltratos en contra de curas que se lanzan a la calles a defender a gente que inicia luchas reivindicativas.
Más de diez sacerdotes constituyen el grupo de los religiosos que encabezan manifestaciones sociales para impedir desalojos ilegales de viviendas construidas en terrenos del Estado y donde luego de estar varias décadas, aparecen terceros alegando la propiedad de los predios.
Las acciones de los curas comprenden caminatas por construcción de carreteras, instalación de redes de agua potable, dotación de servicio de energía eléctrica y contaminación ambiental.
El padre Juan Luis Díaz Bonilla es el más reciente de los agredidos y en una lista que precede a los sacerdotes Nino Ramos, Rogelio Cruz, el padre diocesano Johnny Durán, en La Vega; Abraham Apolinario, Rafael Columna, en Bonao; Marino Alcántara, en Cotuí, y Jorge Cela, este último estuvo en la batalla por la construcción de casas y mejores servicios sociales para las personas de escasos recursos en los barrios populares de Santo Domingo. El sacerdote Rogelio Cruz -apresado varias veces en el gobierno de Joaquín Balaguer y caracterizado por estar del lado de los reclamos de las comunidades de familias desposeídas, afirma que lo sucedido al padre Díaz Bonilla es una demostración de que “si no estas al servicio de los peores intereses o de lo que creen que son sus intereses, no importa nada, lo que es más peligroso”.
Criticó que la patada y tirón de ropa que le dio un militar al padre Díaz Bonilla, párroco de la iglesia San Juan el Bautista del sector La Unión, quien estuvo un breve tiempo detenido en la Dirección Regional Norte de la Policía Nacional, por participar en la protesta pacífica en defensa de los residentes del sector Cerro Alto, en el municipio de Sosúa. Este sacerdote de la las comunidades Villa Liberación, Cerro Alto, narró la forma que un militar lo golpeo por estar del lado de los pobladores que se quejaban ante el Consejo Estatal del Azúcar (CEA).
El padre Rogelio Cruz, quien ahora pertenece a la Iglesia Católica, Apostólica Brasil, afirma que es abominable y atroz que estando identificado ultrajaran al sacerdote. “No es que tenga privilegios, es que se encontraba perfectamente identificado y era una manifestación pacífica. Sencillamente, eso es la manifestación de una sociedad que va a un nivel de deterioro, que no tiene punto de comparación. Aquí no se respeta a nadie y a nada. Esto es una selva, sálvese quien pueda”.
Recordó que tienen el ejemplo de Jesús de Nazaret, quien siempre acompañó al pueblo en sus intereses. “Aquí, siempre hemos tenido la grandeza de tener unos sacerdotes que siempre hemos estado en las calles”- Cruz libró muchas luchas en el sector Cristo Rey, en Distrito Nacional, ayudando a los amenazados de desalojos de sus viviendas, estuvo presente en el campamento multitudinario en contra de la instalación de una fabrica de cemente en predio del Parque Nacional de Los Haitises. Ahora, ayuda a los campesinos en Puerto Plata.
Ayuda a los pobres del sector Villa María, en Santiago, para que Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (Inapa) decida suplirle agua.
Cruz anuncia que la lucha inigualable de este momento es en la provincia Samaná, en contra de la familia Calcaño, representada por unos abogados que pretenden sacarlos de la tierra de más de 40 años.
El acompañamiento de este cura a los pobres no se limita al municipio de Cotuí, en la provincia Sánchez Ramírez.
Desde el año 1987, empezaron los problemas para este religioso, a partir de denunciar prácticas abortibas en la provincia Santiago Rodríguez. Lo dijo en las homilías y por la radio. Las autoridades Salud Pública encararon el problema. Lo trasladaron a la provincia de Santiago, donde en 1992, se unió a un grupo de sacerdotes que se opuso a la celebración de los 500 años de la conmemoración del V Centenario de América. Tuvo serios problemas con el Gobierno y con la jerarquía de la iglesia, que apoyó el evento.
Nino, de la congregación Misioneros del Corazón de Jesús, explica a Hoy que fue apresado varias veces en el Gobierno de Joaquín Balaguer.
Relata como que salió de la iglesia de Fátima, de Santiago, en el baúl de un carro, en 1992, porque la gobernadora Rosita Fadul rodeó el lugar con 200 policías y le prohibió un Vía Crucis. Se ocultó durante tres días y “siempre hemos tenido muchos problemas, porque hemos luchado a favor de los más pobres en 40 años de sacerdocio”.