Publicado en Editorial, hace 2 días
Con la llegada de junio, se marca oficialmente el inicio de la temporada ciclónica, un periodo que se extiende hasta noviembre y que nos recuerda la importancia de la prevención y la preparación. Aunque residimos en un paraíso caribeño, nuestra ubicación geográfica nos expone a la posibilidad de fenómenos atmosféricos que pueden impactar significativamente nuestras vidas y comunidades.
Este año, los pronósticos sugieren una temporada activa, lo que subraya la necesidad de tomar en serio cada advertencia y recomendación. No se trata de generar alarma, sino de fomentar una cultura de responsabilidad y previsión. ¿Ya revisó su plan de emergencia familiar? ¿Tiene un kit de suministros con agua, alimentos no perecederos y medicinas? ¿Sabe dónde están los refugios más cercanos?
Las autoridades de protección civil y los organismos de socorro están trabajando para monitorear y responder ante cualquier eventualidad. Sin embargo, su labor se ve fortalecida cuando cada ciudadano asume su rol en la cadena de prevención. Manténgase informado a través de los canales oficiales, siga las indicaciones y, lo más importante, dialogue con su familia sobre cómo actuar antes, durante y después de un ciclón.
La unidad y la solidaridad son nuestras mejores herramientas frente a la adversidad. Prepararnos hoy es proteger nuestro mañana y el de nuestros seres queridos. ¡Tomemos las medidas necesarias y enfrentemos esta temporada ciclónica con la seriedad y la preparación que merece!