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Séptima palabra: Iglesia católica muestra preocupación por cifra de feminicidios en RD

Publicado en Nacionales, hace 4 días

Santo Domingo.- La laica comprometida y coordinadora de la pastoral infantil de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario, Bárbara Suárez, mostró preocupación por la cantidad de mujeres que son violentadas y muertas a manos de sus parejas, calificando que las alarmantes cifras de feminicidios, sacuden fuerte y vergonzosamente a República Dominicana.

Durante su participación en el Sermón de las siete Palabras, Suárez habló de las últimas palabras pronunciadas por Jesús antes de morir en la cruz, es una frase que expresa la entrega total y absoluta, “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.

Aprovechó su intervención para reflexionar sobre la violencia intrafamiliar y los feminicidios, asegurando es importante recordar cual es la posición de la familia en el Plan Divino, en la historia de salvación.

“Dios nos creó para que tengamos vida en abundancia, somos hechos a imagen y semejanza de Dios (Génesis 26). Dios creo al hombre ya la mujer para que fuera una misma carne, esto lo leemos en el primer libro del Génesis, por lo tanto, desde la creación, Dios creo la unión conyugal; el matrimonio, y por fin la familia”, dijo.

Resaltó que, el Catecismo de la Iglesia Católica dice sobre el matrimonio que “Dios ha creado al hombre por amor, lo ha llamado también al amor, vocación fundamental e innata de todo ser humano. Y este amor que Dios bendice es destinado a ser fecundo ya realizado en la obra común del cuidado de la creación”.

Suárez indicó que el principal llamado es a darse por amor, que nuestros estén en consonancia con los designios de nuestro creador, juntos acciones podemos llegar a la plenitud, que es la obra redentora de Dios.

“La iglesia considera la familia como primera sociedad natural y la primera sociedad humana, las personas y el buen funcionamiento de la sociedad están estrechamente relacionados con la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar sin familias fuertes en la comunión y estables en el compromiso, los pueblos se debilitan”, agregó.

Destacó que el país está fragmentado por el flagelo de los feminicidios y de la violencia intrafamiliar, además de resaltar que se ha desnaturalizado el fin de la familia.

La creyente recordó el discurso sobre la familia en el 2021 donde el papa Francisco expresó que las mujeres son víctimas de violencia, es un grito de socorro.

“Hoy, esta realidad de violencia intrafamiliar y de feminicidios, sacude fuerte y vergonzosamente a República Dominicana, hoy las cifras alarmantes de feminicidios en el primer trimestre alcanzan a 17 mujeres, cientos de denuncias de violencia intrafamiliar hechos al Ministerio Público, decenas de familias enlutadas, decenas de niños, niñas y adolescentes que quedan desamparados, sin mamá y sin papá”, expresó Suárez.

Asimismo, aseveró que, la situación de la violencia intrafamiliar y de los feminicidios es un problema social, que debe ser declarado emergencia nacional por el impacto que tiene para nuestra sociedad, para nuestras familias.

Según los estudiosos de la materia, entre las causas de este flagelo se encuentra la incapacidad de las personas para resolver problemas y manejar nuestras emociones, la normalización de la violencia y la aceptación social, por lo tanto, es un problema de todos y todas.

“Este año, nuestra iglesia lo ha declarado como ‘Peregrinos de la Esperanza’, ¿Qué esperanza podemos nosotros como iglesia, como Estado, como sociedad llevar ante este terrible mal? En la unidad y con Cristo, podemos hacer grandes cambios”, declaró.

Enfatizó que, se hace necesario tomar medidas urgentes; que el Estado y todo lo que lo compone; Instituciones públicas, Sistema de Justicia, Sistema educativo, Sociedad Civil, Familias, Iglesias, medios de comunicación, todos deben elaborar programas concretos de coordinación y de acción para erradicar los feminicidios, para que las familias que padecen violencia intrafamiliar sean acompañadas de manera sistemática e integralmente, “ya no podemos solo lamentarnos, hay que pasar a la acción”.

La feligresa concluyó diciendo “Señor, en tus manos encomendamos nuestro Espíritu, elevamos nuestras oraciones por todas las víctimas de feminicidios, por todas sus familias, y te pedimos, que la última palabra nuestra no sea para lamentarnos, sino para actuar responsable y cristianamente ante este flagelo, que seamos los peregrinos de la esperanza de esta sociedad sufriente, que grita ante tanto dolor y luto”, repitiendo las palabras “Ni una más”.

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