Publicado en Económicas, hace 8 años
El informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre las “Perspectivas Sociales y del empleo en el Mundo” indica que contrario a lo que se prevé en los países desarrollados en América Latina la tasa de desempleo aumentará 0.3% para ubicarse en 8.4%.
Explica el informe que el incremento de los niveles y tasas de desempleo en 2017 tendrá origen en el deterioro de las condiciones del mercado de trabajo en los países emergentes: los efectos de varias recesiones profundas que tuvieron en 2016 algunas economías. Destaca que “se prevé que en los países emergentes 3.6†millones más de personas estarán en situación de desempleo entre 2016 y 2017”.
Sostiene la OIT que tanto el descontento con la situación social como la falta de oportunidades de empleo decente, influyen en la decisión de las personas de migrar para conseguir oportunidades que su país no le ofrece. “Entre 2009 y 2016, la proporción de población en edad de trabajar dispuesta a emigrar al extranjero de forma permanente aumentó en todas las regiones del mundo, a excepción de Asia meridional y Asia sudoriental y el Pacífico”, afirma la OIT.
Las dinámicas recientes del mercado de trabajo reflejan factores cíclicos y estructurales (por ejemplo, el reducido crecimiento de la productividad y la desigualdad de ingreso creciente) que podrían provocar un estancamiento temporal.
La OIT estima que si el estancamiento temporal se intensificara, en los próximos dos años un millón más de personas podrían entrar en situación de de-sempleo en todo el mundo y refiere que esta situación afectaría sobre todo a las economías desarrolladas. No obstante, “aunque los países emergentes y en desarrollo se beneficiarían inicialmente de mayores entradas de capital, acabarían por padecer los efectos secundarios de la disminución del comercio y la inversión”.
Es por esto que la OIT considera necesario que las políticas que buscan resolver las causas subyacentes del estancamiento temporal y las limitaciones estructurales al crecimiento sean incorporadas en políticas macroeconómicas y se conviertan en una prioridad.