Publicado en Nacionales, hace 5 días
Esperanza, Valverde.- Siete puntos de sutura en la parte inferior del labio de un estudiante, fue el resultado de un altercado en el que otro alumno lo cortó con una navaja o cuchilla, similar a la de un sacapuntas, en el liceo Matías Ramón Mella, del municipio Esperanza, provincia Valverde.
Según explicó la madre del menor agredido, cuyo nombre se omite para resguardar la integridad del adolescente según establece la Ley, cuando su hijo regresaba de la cafetería en el recreo, el agresor se le atravesó adelante junto con otro menor, su hijo cruzó para otro lado, y los otros dos lo siguieron, cortándolo con la pequeña navaja.
Un vídeo de las cámaras de seguridad del liceo del pasado jueves, confirma la veracidad de la versión del niño agredido, de acuerdo a su madre.
El día de la pelea, inmediatamente la madre llegó al centro, la familia del menor lo llevó al hospital, donde recibió 7 puntadas de sutura en el labio inferior y parte del mentón. Luego, sus padres realizaron la denuncia ante el Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes (NINA).
En el informe de evaluación del médico legisla, que fue entregado a la familia, se establece que el adolescente fue cortado con una “navaja de yilet”.
La magistrada del Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes de Esperanza, impuso una orden de alejamiento y protección en favor del menor agredido, además, contra el agresor, un período de trabajo social y comunitario en el municipio de Mao, asistir a charlas psicológicas y presentarse con sus padres ante el Concejo Nacional para la Niñez (CONANI).
Según explicó la madre del menor agredido, el día del conflicto había entrega de notas, por lo que se encontraba en el liceo. El adolescente agresor se le acercó preguntándole si ella era la madre del joven, y le dijo que otro estudiante le había dicho que él (el agredido) quería pelear con él (el agresor), a lo que este contestó que habría recibido el mismo mensaje por parte de tercer estudiante.
Poco después de la señora haberse retirado del centro educativo, recibió la llamada de que su hijo había sido cortado, por lo que entiende que “no fue algo que se dio, sino que estaba preparado, no fue un empujón”.
La madre indicó que lo único que exigía del liceo era que se colocaran las sanciones correspondientes, ya que de todos modos, ella y su esposo decidieron mover a su hijo hacia un centro educativo privado, buscando una mayor seguridad para él.
Explicó que ella misma tuvo que llamar a la Policía al momento del altercado, ya que en liceo no hay Policía Escolar, por lo que tampoco hay un verdadero control sobre lo que entra hacia el centro.
Días después del hecho, la escuela la citó a una reunión para llegar a un acuerdo sobre las medidas que iba a tomar el centro y solicitó al centro hacer contacto con los padres del niño agresor; sin embargo, no pudo conectar con ellos hasta la siguiente semana.
Informaciones extraoficiales indican que el adolescente agresor, está supuestamente ligado a una pandilla, y aunque la madre ni el liceo pueden afirmarlo, el rumor se mantiene.
Arelis Almonte, directora del Liceo Ramón Matías Mella, dijo que al momento del altercado los adolescentes estaban en horario de recreo y ambos coincidieron próximo a la dirección, donde ocurrió el hecho.
“Los jóvenes estaban en horario del recreo, entonces cuando ellos venían pasando por el pasillo, ya habían tenido un intercambio de palabras, entonces uno le dio al que tenía en las manos una navaja de la que tiene los sacapuntas, o sea, es un objeto bastante corto y hubo una rápida intervención de adultos, se logró que ellos se separaran”, indicó.
“Como centro lo manejamos y entendemos que son cosas de rutina, porque aquí tenemos una población de 577 estudiantes adolescentes con todo tipo de conducta y que no fue una situación que persiste en el centro, por lo que se puede decir que fue algo aislado, no es el ambiente”, puntualizó.
Almonte indicó que en este caso, al estudiante agresor, se le aplicaron las sanciones que establece el Manual para la Convivencia Escolar del Ministerio de Educación.
Además, estableció que el menor no tenía registro de ningún reporte por indisciplina anteriormente.
La Regional de Educación que cubre las provincias Valverde y Santiago Rodriguez, cuenta sólo con 16 policías escolares, que deben rotar para darle cobertura a los centros educativos dependiendo el grado de sus necesidades.
De estos dieciséis efectivos, hay dos que pertenecen a Acción Rápida, y deben trasladarse hacia las escuelas donde se presenten las incidencias.
En Valverde no hay una unidad antipandillas de la Policía Nacional, aquí, la Dirección Central de Inteligencia (DINTEL), maneja las denuncias y casos de pandillas, gangas y bandas.
De acuerdo al encargado de esta unidad, los casos asociados con pandillas son mínimos, y las denuncias de pandillas en el entorno escolar son menos aún, sin embargo, de este porcentaje, el mayor número de casos se presenta en el municipio de Esperanza.
El Manual para la Convivencia Armoniosa en los Centros Educativos Públicos y Privados del Ministerio de Educación, clasifica en su artículo 19 las faltas graves, y en su artículo 21 las faltas muy graves, donde encajaría el conflicto donde este estudiante resultó agredido.
Sin embargo, dentro de las máximas consecuencias por esta falta, se dispone la “ubicación del/la estudiante en un espacio fuera del aula, por un período máximo de dos días, debiendo realizar las tareas indicadas por él/la docente en otro lugar del centro educativo identificado previamente”.
Asimismo, la “suspensión de la participación en actividades fuera del centro educativo” y la “suspensión de la participación del estudiante en actividades dentro del centro educativo, siempre que esas actividades no formen parte del currículo obligatorio del curso”.
De igual forma, en el artículo 24 de este código, se puntualiza la prohibición de expulsión como sanción; “la sanción de expulsión del/la estudiante o el acoso para su retiro del centro educativo durante el año escolar está prohibido en cualquier caso”.