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Una bomba de tiempo en RD

Publicado en Todo Incluido, hace 2 años

Edgar Moreno

Tal como lo han expresado muchos ciudadanos alemanes sobre la realidad de la inmigración en su país de africanos y personas procedentes del Medio Oriente, aquí la situación con la enorme presencia de nacionales haitianos ilegales parece que va por el mismo camino del país germano.

En una reciente encuesta que les hicieron a los ciudadanos del país germano, una parte importante de los encuestados, está plenamente convencida, que los alemanes están trabajando para que su país mantenga con alimentos, salud, vivienda, educación y servicios básicos, a toda esa masa de ilegales que ha entrado a su país en los ´últimos años, y que por lo regular no paga impuestos directos.

De igual manera los contribuyentes dominicanos están trabajando, gracias a  los gobiernos irresponsables que hemos tenido hasta la fecha, sin carácter, que han permitido que la descontrolada inmigración de nacionales haitianos pobres que ha llegado a nuestro país en los úĺtimos 10 años simplemente se quede aquí y represente una carga económica enorme para el presupuesto nacional, para financiarles la educación y la salud, como si nosotros fuéramos un país rico.

No hay que ser un genio de las finanzas de la economía para saber que esa situación es insostenible en el tiempo. Alemania es la quinta economía del mundo, un país rico, y puede sortear esa situación. Pero República Dominicana, con una economía insular, escasamente puede sobrellevar sus perennes problemas, como para asumir que su presupuesto sea destinado a dos poblaciones.

Un país con una presión tributaria de un 14% (la penúltima más baja de América Latina. Obligado a financiar sus déficits fiscales con deudas nuevas todos los años desde el 2009, con un presupuesto complementario. Que tiene una alta deficiencia en sus servicios sanitarios.

Que presenta un problema cualitativo en su sistema educativo.  Y ahora permitiendo que decenas de miles de niños haitianos asistan al sistema educativo, y se sumen al de por sí aumento de los niños dominicanos en edad escolar (por un aumento natural de la población), ¿Qué podemos esperar?

¿Desarrollo? ¿Cómo? ¿Con más demanda de servicios públicos y los déficits fiscales creciendo exponencialmente? ¿Con una masa de gente pobre que no paga impuestos? ¿Con la presión tributaria intacta? ¿Sin una reforma fiscal?

Este problema se va a erigir como un tema relevante en las próximas elecciones. RD no tiene la capacidad económica para soportar por mucho tiempo este problema que ha sido permitido por la irresponsabilidad de los gobiernos del PLD y el actual.

Si no deportamos al menos un millón de ilegales haitianos, créanme, esto no se sabe donde vaya a parar. La demanda de servicios públicos como la salud y la educación (por solo mencionar dos), es claro que no va a la par del crecimiento de los ingresos del gobierno. Y eso, nos guste o no, tendrá consecuencias inevitablemente.

Más inflación aunque el Banco Central se encargue de acomodar los números. Más desempleo; más violencia. Más inseguridad ciudadana; más problemas sanitarios; más deudas; más déficits fiscales; un aumento importante de la deuda pública consolidada; más problemas sociales. Más antagonismo entre dominicanos y haitianos. En fin, más problemas!

Si la clase política no se pone de acuerdo y enfrenta con la debida firmeza esta agenda que está en marcha para destruir nuestro país y nuestra dominicanidad, el caos que hoy vive el vecino es muy probable que se esté trasladando a este lado de la isla.

Alguien, alguna vez dijo: “El peligro se puede evitar, cuando se ve venir”.

Lo que está por venir no es para nada bueno. La paz social y nuestro bienestar inmediato dependen de cómo enfrentemos este problema que nos han impuesto por nuestra falta de carácter.

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