Publicado en Editorial, hace 8 meses
La decisión de la Junta Central Electoral de prohibir la foto, el nombre o cualquier imagen del presidente Luis Abinader que aparezcan en las vallas, letreros o afiches que promuevan la ejecutorias y acciones del gobierno, hasta tanto no concluyan las elecciones, es vista con buenos ojos por varios sectores de la sociedad.
Esta decisión busca que la figura del mandatario y candidato a la reelección sea usada como promoción indirecta hacia el electorado, generando una competencia desleal respecto a las demás candidaturas presidenciales.
La sociedad ve bien, también, la prohibición de los actos de inauguraciones de obras del Gobierno de Luis Abinader, así como crear nuevos programas de asistencias sociales o aumentar las subvenciones de los ya existentes.
Estas dos decisiones avizoran un alivio para el proceso de la presente campaña electoral, matizada por la denuncia de la oposición del uso de los recursos del Estado en favor del candidato y presidente Luis Abinader con miras a las elecciones del 19 de mayo.
Estamos ante una decisión muy saludable de la Junta Central Electoral y lo que establecen las reglas de las leyes electorales, que de ser acogida por el mandatario, tendremos un proceso de campaña con menos ruidos.