
Publicado en Deportes, hace 2 horas
Santo Domingo. – Aunque algunos peloteros en su etapa de prospectos reciben bonos millonarios por el talento y la proyección que suponen a futuro, pocos tienen la dicha de ser firmados dos veces… solo uno por bonos de siete dígitos.
Es el caso de Yunior Severino, que luego de recibir US$ 1.9 millones de los Bravos en 2016 fue dejado libre por una sanción al equipo por parte de MLB (por cerrar acuerdos verbales prematuros) y luego Minnesota lo firmó por US$ 2.5 millones en 2017.
Sin embargo, Severino, a los 26 años, no solo no ha podido debutar en Grandes Ligas, sino que los Mellizos lo dejaron libre el ocho de julio pasado, luego de ocho campañas en las menores, incluyendo una de 35 jonrones (2023).
“Las cosas hay que dejarlas en las manos de Dios. Cada día hay que dar lo mejor y trabajar fuerte. Lo demás, que suceda en el tiempo de Dios”, dijo Severino.
Cuatro días después de los Twins despedirlo, los Olmecas de Tabasco, de la Liga Mexicana, lo reclutaron y en 21 partidos pegó seis jonrones con un OPS de 1.334.
Ahora que ya no tiene impedimentos para jugar en la liga dominicana, Severino regresó al Licey por tercer año seguido, con la mira puesta en una gran actuación que le permita retornar al radar de la MLB.
“Me siento bien, contento por la oportunidad que me ha dado el Licey, y me siento en plena libertad de jugar todos los juegos que yo quiera”, señaló el bateador ambidextro.
Ya en la actual campaña, Severino ha agotado su mayor cantidad de turnos con el Licey (26), con un doble, un jonrón y tres remolcadas.
Con una amplia sonrisa, Severino destaca que su sueño de debutar en Grandes Ligas se mantiene, a pesar de los altos y bajos. Empezó a jugar béisbol a los ocho años de edad, en la liga Eddy Guara de Santo Domingo Este, desde donde soñaba con jugar como Robinson Canó, José Reyes o David Ortiz.
Como prospecto, fue producto de la academia de Rudy Santín, y en 2016 perteneció a la misma promoción de Geraldo Perdomo (Arizona) y Luis García Jr. (Washington). Pero entre lesiones y falta de regularidad en Minnesota agotaron la paciencia y ahora busca llamar la atención de otros clubes.