Santo Domingo.- República Dominicana logró su independencia de Haití, y exclamando con certeza: «Valió la pena la lucha y ploclamar Dios, Patria y Libertad».
Sin embargo, el presidente del Instituto Duartiano, Wilson Gómez, ofrece una visión más crítica.
Para él, Duarte también sentiría vergüenza al ver la falta de honestidad y compromiso en muchos de los responsables de liderar la vida nacional.
A pesar de ello, reconoce que la República Dominicana ha materializado parte del sueño de Duarte.
«Hoy el Estado asume el nombre que él le dio, nuestra Bandera ondea con orgullo, el Escudo Nacional y el lema ‘Dios, Patria y Libertad’ están consagrados en la Constitución».
No obstante, señala que la lucha de Duarte sigue inconclusa, ya que el ideal de una sociedad justa y equitativa aún está lejos de cumplirse.
El legado del Padre de la Patria sigue vigente, aseguran los dirigentes de ambas entidades.
«Las ideas vertidas por el líder trinitario en sus cartas, discursos y en su Proyecto de Constitución mantienen una impresionante vigencia», destacó Gómez.
Su liderazgo excepcional y su firmeza en la defensa de los valores dominicanos han inspirado a generaciones, permitiendo que, en cada momento en que la soberanía ha sido amenazada, el pueblo haya respondido con determinación.
Aunque hay tareas pendientes y sueños trinitarios por completar, considera que la responsabilidad de materializar el pensamiento de Duarte recae en cada ciudadano.
Por su parte, Gómez resalta la integridad de Duarte como ejemplo para quienes incursionan en la vida pública. Su rendición de cuentas, en la que detalló cómo gastó cada centavo de los fondos recibidos para la lucha independentista y devolvió lo no utilizado, es un testimonio de su transparencia y compromiso.
«Duarte entendía que la política debe ser una ciencia pura y noble, no un medio para la especulación o el enriquecimiento», afirmó.
Mientras algunos sostienen que la nación ha mantenido sus principios fundamentales, otros advierten que la corrupción, la indiferencia y el materialismo han desviado el camino.
Lo cierto es que el pensamiento duartiano sigue siendo un llamado a la reflexión y a la acción, recordándonos que la construcción de la patria es una tarea constante e inacabada.
A continuación, los pensamientos íntegros del patricio y sus frases más emblemáticas:
«Siendo la Independencia Nacional la fuente y garantía de las libertades patrias, la Ley Suprema del pueblo dominicano es y será siempre su existencia política como Nación libre e independiente de toda dominación, protectorado, intervención e influencia extranjera, cual la concibieron los Fundadores de nuestra asociación política al decir el 16 de julio de 1838, DIOS, PATRIA y LIBERTAD, REPÚBLICA DOMINICANA, y fue proclamada el 27 de febrero de 1844, siendo, desde luego, así entendida por todos los pueblos, cuyos pronunciamientos confirmamos y ratificamos hoy; declarando además que todo gobernante o gobernado que la contraríe, de cualquier modo que sea, se coloca ipso facto y por si mismo fuera de la ley».
«Nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud, corazón, y juicio; hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de la Patria».
«Procuraré conservarme bueno, conservaré mi corazón y mi cabeza».