Publicado en Espectáculos, hace 11 horas
Nueva Orleans. – El esperado espectáculo de medio tiempo del Super Bowl tuvo como protagonista a Kendrick Lamar, quien llevó su estilo único y energía inigualable al escenario. Con una producción impecable y sorpresas inesperadas, el rapero de Compton ofreció una presentación memorable que dejó a todos los espectadores impresionados.
El show comenzó con una introducción a cargo de Samuel L. Jackson, quien, vestido de rojo, blanco y azul, asumió el papel de maestro de ceremonias.
“¡Saludos! Soy tu tío, Sam, ¡y este es el gran juego americano!”, exclamó, dando paso al espectáculo. La teatralidad del momento añadió un toque especial a la presentación, elevando las expectativas del público.
En el centro del campo, Kendrick Lamar apareció agachado sobre un Buick Grand National Experimental (GNX), un homenaje a su más reciente álbum, GNX.
Desde el vehículo emergieron bailarines vestidos con atuendos en los colores patrios, rojo, blanco y azul, quienes comenzaron a moverse al ritmo de éxitos como “HUMBLE.”, desatando la euforia entre los asistentes.
Si bien Lamar no contó con una gran cantidad de artistas invitados, sí logró sorprender al público con la aparición de Serena Williams.
La icónica tenista retirada, originaria de Compton, California, al igual que el rapero, irrumpió en el escenario como bailarina solista, luciendo una chaqueta y falda de mezclilla combinadas con zapatillas Converse azules. Su participación durante la interpretación de “Not Like Us” fue uno de los momentos más inesperados y emocionantes de la noche.
Lamar también contó con la presencia de SZA, quien añadió su toque especial a la presentación, así como con la participación de DJ Mustard, ampliando la conexión con la escena musical de Los Ángeles. La combinación de estos artistas aportó una variedad de estilos que enriquecieron el espectáculo y lo hicieron aún más memorable.
El espectáculo de medio tiempo de Kendrick Lamar en el Super Bowl no solo fue un despliegue de talento y creatividad, sino también un homenaje a su ciudad natal y a la cultura hip-hop.
Con una puesta en escena innovadora, invitados sorpresa y una energía desbordante, Lamar consolidó su lugar como uno de los artistas más influyentes de la actualidad.