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Tres historias muy recientes mal contadas

Publicado en Todo Incluido, hace 1 semana

Existen pocas cosas tan devastadoras para el alma humana como la intención tozuda de pretender imponer una falacia, una gran mentira, como un hecho cierto, como una verdad que debe ser consumida por todo el mundo, como si nada, con absoluta satisfacción y resignación. Es lo mismo que la ingesta de un veneno parcialmente mortal.Y resulta peor cuando estas actitudes provienen de connotados lideres políticos de este país, llamados por su condición y orientadores de masas, a orar con sanidad, con la verdad y con justiciera transparencia y equidad. Pero qué pena, para ellos tiene más valor el oportunismo, la desviación de valores y el descarado aprovechamiento, a toda costa, aunque signifique apartar a Dios de sus pensamientos y de sus obras.

En ese contexto, también se enrolan las historias teñidas de fantasías, de discordia y engaño, tan funestas, a veces, como las más despiadadas mentiras. Aquellas mal contadas, desviadas y apuñaladas con la daga de la ignominia y la perversidad, y que resulta más perplejas y alucinantes cuando salen del audio bucal de dirigentes que uno asumía como brillantes y equilibrados, pero quienes al hablar demasiado y todo el tiempo, enseñan su condición humana, su pequeña personalidad.

En esta entrega voy a resumir tres historias muy recientes mal contadas, lógicamente, desde mi humilde y exclusiva apreciación; usted y todos los demás dominicanos, pueden tener la suya, aunque teman manifestarla, como lo hago yo, a pura conciencia, a todo pulmón.

 Pienso que esas expresiones, resumidas en historias discordantes y dañosas, no podemos verlas como producto del calor, del estrés de una batalla electoral por el poder político, que se libra en el fragor de casi una guerra entre todos, o enfrentados los de abajo, los opositores, a un gobierno dictatorial, represivo, abusador.Pero eso no es así, no fue ni ocurrió así, ni en la más barata o cara pintura, porque los que acudieron a las elecciones generales del 19 de mayo recién pasado, sabían 6 meses atrás de que no tendrían la más mínima posibilidad de vencer en las urnas al presidente Luis Abinader, y tampoco gananciosos en la estructura congresional.

 Sabían que perderían apabullantemente, ya que tenían a mano sus números, los reales, por lo que jamás fue asunto de terror, de imposición, de malas artes, fue, puramente, obra y decisión del pueblo mayoritario, en favor de una positiva gestión de gobierno que merece otros cuatro años, sin discusión ni regateos.Ellos saben, pues, que Abinader y su equipo político y gerencial-administrativo ganaron limpiamente, porque lo han hecho, en mayor proporción muy bien en beneficio de todo el pueblo dominicano, y porque es su tiempo, el mismo que tuvieron Leonel Fernández y Danilo Medina, su momento de gloria y de aprovechamiento, al máximo, de todas las oportunidades de Estado, durante 16 años corridos, sin pausa, sin tropiezos y sin zancadillas perversas de la oposición. Nada más verdadero.

A mi entender las tres tristes historias, desbordadas y mal contadas son las siguientes. No.1 según Leonel Fernández, el presidente Abinader no ganó las elecciones del 19 de mayo, sino que la compró, es como decir que su gobierno, a partir del 16 de agosto de este mismo año, será ilegítimo.

Falso No.2. La otra historia absurda y descabellada es la bola de nieve que algunos interesados han puesto a correr de que el caudillo (Leonel Fernández), daría paso a su inexperto e inmaduro hijo (Omar) en el 2028, como candidato presidencial de la Fuerza del Pueblo.
Y la No.3, enrola la otra versión de que Danilo Medina no aspiraría a la Presidencia de la República, en el 2028, si la próxima modificación constitucional y la vida misma se lo permiten. Falso.

Pienso que Leonel ni Danilo darán paso a nadie, porque su egoísmo interior es más grande y agresivo que el poder de su mente y sus cuerpos, condición que los ha llevado a vivir de espalda a los mérito.

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