Publicado en Editorial, hace 6 años
Los indicadores de que el país crece en algunos renglones productivos para satisfacer la demanda interna, incluyendo lo mucho que va a los polos turísticos, no son suficientes para generar optimismo. La vocación exportadora permitiría llegar más lejos.
El comercio exterior se ha diversificado pero en términos absolutos queda atrás de otros renglones de generación de bienes y en algunas áreas se reduce por falta demostrada de condiciones facilitadoras.
Leyes y políticas que supriman trabas a operaciones fabriles dependientes de insumos, materias primas y transporte y las sujetas a aduanas y a presión tributaria.
La expansión industrial hacia mercados locales y externos es imprescindible para una mayor captación de divisas, crear empleos y acrecentar el ahorro nacional. Incluso para ampliar los horizontes del sistema impositivo.